LA CAPACIDAD DE ESCRIBIR Y PENSAR “FÍSICA CUÁNTICA”
Hace poco
pude ver una frase que, desafiando la
mentalidad tradicional de la educación, resume lo que para mí es una de las
claves del éxito (a todos los niveles)
: “La capacidad de percibir o pensar de manera diferente
es más importante que el conocimiento adquirido”.
: “La capacidad de percibir o pensar de manera diferente
es más importante que el conocimiento adquirido”.
Eran
palabras de un físico cuántico (ciencia que aparentemente estaba reservada a
unos pocos), cierto es que cada vez con más frecuencia escuchamos hablar de
esta ciencia y se demuestra que la misma opera en todos los ámbitos de nuestra
vida.
Sin
pretender profundizar en el tema (ni se me pasaría por la cabeza hablar de algo
tan complejo), me gustaría mencionar el origen de esta ciencia que me tiene
loca (en el buen sentido). Hasta el siglo XX, la física tradicional se regía
por las leyes de Newton (basadas en la mera observación de los fenómenos y en
la separación entre el individuo y lo que ocurría a su alrededor). Sin embargo,
alrededor de 1900, aparecieron en escena unos cuantos científicos que cambiaron
totalmente el paradigma de pensamiento promulgando que:
- El universo es un todo unificado, cuyas partes están interconectadas e influyen unas sobre otras.
- El observador influye en el objeto observado (no existen los observadores aislados del universo mecánico, sino que todo participa en el universo).
Cada uno de
nosotros es único y diferente del resto, algo me dice (y esto es algo que no
sólo promulgan los cuánticos) que todo está conectado y que el enfoque que uno
le da a todo lo que le rodea y sucede es clave a la hora de gestionar con éxito
su día a día.
Y digo yo,
si esto es así, ¿no podríamos aplicar un enfoque cuántico a la hora de
emprender un negocio? Muchas veces (y afirmo esto porque yo me he dejado llevar
por esta tendencia), pensamos que cuanto más conocimientos adquiramos a través
de los libros y de los cursos varios tendremos más posibilidades de tener
éxito.
Sin embargo,
cada vez somos más conscientes de que el hecho de almacenar en nuestra cabeza
ideas, textos, estructuras lógicas y conocimientos en general no es
suficiente…si queremos diferenciarnos, no se trata de competir para ver quién
es capaz de saber más o almacenar más títulos, sino de ser capaces de cambiar
el enfoque a algo que se da por “bueno” o inamovible y de este modo cambiar
nuestra realidad (algo así como escribir el guion de nuestra propia película en
lugar de asumir el papel que otros nos dan).
Quizá
parezca una locura lo que estoy diciendo, pero no soy la primera en
afirmarlo…sin ir más lejos, existe una herramienta denominada “Estrategia del Océano Azul”, que en su día rompió moldes y cuyo principio básico
es el cambio total de enfoque de un negocio ya existente, para crean un nuevo
mercado en lugar de engrosar la competencia ya existente.
La
inspiración y la creatividad vienen de nuestro interior, no del hecho de
estudiar e incorporar nuevos conocimientos sino de darles nuestro “toque
personal”…y eso sólo ocurre cuando conectamos con nosotros mismos y nos
olvidamos de (o tratamos de que nos condicione lo menos posible) todo aquello
que se supone válido, real y demostrado a lo largo del tiempo.
Y es
precisamente de ese cambio de enfoque y de esta “realidad personalizada” de
donde salen los grandes proyectos:
- Quizás estamos dando nuestro toque personal a esa idea o proyecto.
- Quizás al crear nuestra propia realidad nos implicamos en ella de tal modo que nos resulta mucho más fluido gestionarla y llevarla “nuestra película” a buen fin).
- Quizás cuando un proyecto lleva implícito algo nuestro, le damos ese toque único que hace que cualquier cosa que suceda (se clasifique como éxito o fracaso) se viva sino como una experiencia de la que podemos aprender y que nos permite evolucionar (en lugar de echar “balones fuera” y culpar a otros de nuestros intentos fallidos)
- Quizás cuando comprendemos que innovar no significa necesariamente crear de la nada algo que no existe, sino que a veces basta con cambiar la perspectiva, dejamos de complicarnos la vida.
- Quizás cada uno de nosotros lleva dentro una parte del universo, por lo que no es necesario ser un genio de la física o un superdotado para poder encontrar en uno mismo algo totalmente único.
- Quizás para que nuestra mente funcione es necesario abrirla (y eso no implica cambiar radicalmente nuestra forma de pensar sino simplemente flexibilizar las estructuras de nuestra cabeza y poder percibir detalles antes ignorados)
- Quizás estaremos tan implicados en nuestro proyecto que los demás sólo percibirán entusiasmo y será más fácil encontrar colaboradores dispuestos a implicarse.
Tal vez
hasta parezca una locura…pero yo me quedo con esto antes que con la locura
definida por Albert Einstein: ”Locura es hacer
la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados“.
Cambiemos el
enfoque y pasemos de las estadísticas y de lo tradicional “normal”… ¡para ver
qué pasa! Porqué para volver al paradigma anterior, siempre estamos a tiempo, retroceder
es rebuscar en el pasado, sin avanzar hacia el futuro.
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