sábado, 20 de junio de 2015

Los Niños Índigo en la década del 80






Los Niños Índigo en la década del 80

A partir de la década del 80, ellos comenzaron a llegar, cada vez más. Son niños espectaculares. 

Están llegando para ayudar a la transformación social, educativa, familiar y espiritual de todo el planeta, independientemente de las fronteras y de las clases sociales. 

Son como catalizadores para desencadenar las reacciones necesarias para las transformaciones.
Ellos poseen una estructura cerebral diferente en lo que se refiere al uso de los potenciales de los hemisferios izquierdo (menos) y derecho (más). 

Esto significa que ellos van más allá del plano intelectual, estando el foco de su brillo en el plano de la acción.
 
Ellos exigen del ambiente que los rodea ciertas características que no son comunes ni auténticas en las sociedades actuales.
Ellos nos ayudarán a destituir dos paradigmas de la humanidad:

1.     Nos ayudarán a disminuir el distanciamiento entre PENSAR y ACTUAR. Hoy en nuestra sociedad todos saben lo que está bien o mal. 

2.     Sin embargo, frecuentemente actuamos diferentemente a cómo pensamos. Estos niños van a inducirnos a disminuir este distanciamiento, generando así una sociedad más auténtica, transparente, verdadera, con mayor confianza en nuestras relaciones.

3.     Ellos también nos ayudarán a mudar el foco del YO hacia el PRÓJIMO, inicialmente a partir del restablecimiento de la autenticidad y la confianza de la humanidad, que son requisitos previos para que podamos respetar y considerar más al PRÓJIMO que a nosotros mismos.

4.      Como consecuencia, disminuirán el Egoísmo, la Envidia, las Exclusiones, resultando en una mayor solidaridad y compartición.

Te puedes preguntar: ¿Cómo van a hacer semejante transformación estos niños? A través del cuestionamiento y la transformación de todas las instituciones rígidas que los rodean. 

Comenzando por la Familia, que hoy se basa en la imposición de reglas, sin tiempo de dedicación, sin autenticidad, sin explicaciones, sin información, sin elección ni negociación.

 Estos niños simplemente no responden a estas estructuras rígidas, porque para ellos es imprescindible tener opciones, relaciones verdaderas y mucha negociación.
 
Ellos no aceptan ser engañados porque tienen una "intuición" para percibir las verdaderas intenciones, y no tienen miedo. 

Por lo tanto, intimidarlos no da resultado, porque ellos siempre encontrarán una manera de obtener la verdad. 

Ellos perciben las verdaderas intenciones y las debilidades de los adultos.

La segunda institución vulnerable a la acción de los Índigos es la Escuela. 

Hoy el modelo de enseñanza es siempre impuesto, sin mucha interacción, sin escuchar y sin la participación de los estudiantes. 

Este modelo es simplemente incompatible con los Índigos, siendo por lo tanto el mayor conflicto, muchas veces superior al que hay con la familia, principalmente por la falta de vínculos afectivos y amor. 

Como los Índigos poseen una estructura mental diferente, resuelven problemas conocidos de una manera diferente, más allá de encontrar formas diferentes de razonamiento que sacuden el modelo educativo actual.

El tema de los Niños Índigo es fascinante y relativamente nuevo en el campo de la investigación. 
Resumen del libro The Indigo Children (Los Niños Índigo), escrito por Lee Carroll y Jan Tober.

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