Como tratar el
cabello
¿Desde dentro o desde fuera?
El desastre de Fukushima nos ha dejado clara una
cosa: no es posible dar marcha atrás a determinados procesos una vez iniciados.
Como mucho se puede suavizar su efecto y evitar lo peor. Esta lección puede sin
duda aplicarse al cuerpo humano.
El proceso de envejecimiento, algunas
carencias del organismo, la impotencia o los problemas con la línea tienen una
causa. Sin embargo, de acuerdo con los tiempos que corren, al igual que en
Fukushima, la medicina se centra en esos casos en tratar sólo los síntomas y no
la causa que los provoca.
En el tratamiento de la caída del cabello tenemos que
preguntarnos, al igual que en el resto de los aspectos de la vida, lo
siguiente: ¿Tratamos las causas o los efectos? ¿Comenzamos con el tratamiento
cuando ya ha comenzado su proceso y es irreversible, o empezamos a tratar de
modo preventivo antes de que se desarrolle? Hace 2500 años que Buda nos enseñó
que si no quieres experimentar los efectos de algo tienes que evitar sus
causas.
En las causas genéticas de la caída del cabello no podemos influir. Nos
han sido dadas a lo largo de muchas generaciones y no podemos, por tanto, decir
nada al respecto. Sin embargo, en los casos de caída del cabello por causas
alimenticias u hormonales seguramente sí que podamos influir de algún modo.
Una alimentación pobre en nutrientes, la comida
rápida, los productos de harina blanca, los pesticidas de la verdura y la
fruta, los aromas artificiales, el azúcar y otros edulcorantes, entre otros, no
ayudan a nuestro organismo a recibir los nutrientes necesarios que cada célula
de nuestro cuerpo necesita. También las células capilares piden los nutrientes
necesarios para su desarrollo.
Pero en su lugar, inflamos el organismo con
carne comprada en el supermercado y cebada con productos químicos, pesticidas,
hormonas y antibióticos, que inevitablemente se aplican en la producción
ganadera. Por esta vía introducimos en nuestro cuerpo muchas hormonas que nos
trastornan el organismo.
Es muy posible
que aquí se encuentre una de las causas por las que cada vez a más hombres
jóvenes, grandes devoradores de carne, se les caiga el cabello de modo tan
prematuro.
El efecto de aquello que se encuentra en el organismo
es difícilmente regulable de modo externo con, por ejemplo, un champú.
Sólo puede regularse desde el propio cuerpo. Ya
habremos logrado mucho si conseguimos mejorar el nivel de los nutrientes que
hay en el organismo. Por una parte, podemos conseguirlo dejando de lado todo
aquello que sea perjudicial para el cuero cabelludo.
Podemos, por ejemplo,
sustituir el champús químicos por otros naturales que dañen menos el cuero
cabelludo.
Por otra parte, podemos aportar al cuerpo los
micronutrientes necesarios con el aporte de suplementos, así como mejorando los
hábitos alimenticios. Ambos caminos son necesarios si queremos mejorar el
crecimiento del cabello, la formación de células y el riego sanguíneo.
Tarda más en hacerse visible el efecto deseado, pero
lo cierto es que no existen los milagros, por mucho que así quiera
hacérnoslo creer la industria publicitaria.
El cabello que
a diario nos encontramos en el cepillo o en el peine nos obliga a plantearnos
si habremos hecho lo suficiente para prevenir la caída del cabello.
Si la calvicie es un problema de familia, entonces no
tendremos muchas posibilidades de hacer algo en contra, pero si se trata de un
problema producto de un tipo concreto de alimentación o bien de una carencia de
nutrientes, tan habitual debido a las costumbres alimenticias actuales,
entonces podemos hacer algo.
Lo mismo vale
para los problemas de caída del cabello por cuestiones hormonales. Ahí
podremos, como mínimo, evitar que más hormonas entren en nuestro organismo de
modo indeseado.
Además,
podremos mejorar el efecto de las hormonas sobre el crecimiento del cabello
tomando suplementos de micronutrientes, aminoácidos y minerales.
Combinaciones de preparados con aminoácidos y
sustancias como la biotina, el ácido fólico o el cinc precisan de un tiempo de
arranque. No es posible rellenar los depósitos vacíos del cuerpo en un día.
En un primer momento se trata de suministrar el aporte
diario necesario de dicho nutriente. Con el consumo de agua mineral nos preocupamos
además de que dichos nutrientes lleguen a las células del cabello y a los más
pequeños capilares.
Información generalizada
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